
¡Quieran y amen lo imposible!
No es éste el tiempo de los tímidos y miedosos.
Es el tiempo de aquellos que se vuelven fuertes
Con la fuerza del Espíritu.
¡No permitan que el hombre
Siga siendo victima del hombre!
Amen a Cristo con todo el corazón,
Con todas sus fuerzas,
Pero no con un amor romántico y estúpido:
¡Vivan como el vivió!
Devuélvanle al Evangelio la fuerza del Pentecostés.
Rejuvenezcan el rostro de la Iglesia.
Juéguense hasta las últimas consecuencias
Y…
¡No tengan miedo, porque Cristo ha resucitado
Y ya nada es imposible para nosotros!
No es éste el tiempo de los tímidos y miedosos.
Es el tiempo de aquellos que se vuelven fuertes
Con la fuerza del Espíritu.
¡No permitan que el hombre
Siga siendo victima del hombre!
Amen a Cristo con todo el corazón,
Con todas sus fuerzas,
Pero no con un amor romántico y estúpido:
¡Vivan como el vivió!
Devuélvanle al Evangelio la fuerza del Pentecostés.
Rejuvenezcan el rostro de la Iglesia.
Juéguense hasta las últimas consecuencias
Y…
¡No tengan miedo, porque Cristo ha resucitado
Y ya nada es imposible para nosotros!
P. Adolfo Antelo